domingo, 30 de diciembre de 2007

Crónica de un paseo

El autobús se ha ido. Hace frío y el próximo tardará. El destino está lejos, pero se atreve a ir a pie. Camina, como siempre solo, aunque hoy, Música le acompaña. Poco a poco va subiendo, y con el viento en la cara, piensa. Piensa en todas las pruebas que debe pasar pronto y en los errores que le harán más difícil superarlas. Pero a pesar de todo, no tiene miedo. Regresa de enfrentarse a algo que podía haberle demostrado su estupidez y que en cambio, le demostró su lucidez. Así que eso le anima a confiar y a subir con fuerzas. Sabe que no será fácil, pero sabe que lo logrará.

Además tiene un sueño por lograr, quiere beberse los océanos y no importa cuantos libros para ello deba estudiar. Corretea para cruzar la calle y se tropieza. Pero no se cae. Tiene una extraña habilidad para tropezar a cada rato y guardar el equilibrio. A veces, tropieza y mira hacia atrás pensando "torpe", pero al instante siguiente sonríe al darse cuenta de que, de nuevo, no cae.

El autobús le adelanta. Se ríe. Tiene frío. Pasear inspira tanto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

"El destino está lejos, pero se atreve a ir a pie."

Por que es mejor caminar y no cae, aunque casi...

Me gustó mucho.

laia dijo...

torpe ... nunca la habilidad nata de estar siempre en el filo del acantilado i sobrevivir es algo que se adquiere i perfecciona con los años ..

pero sobrevivir nunca es suficiente, como bien dices a comerse el oceano

● ๋• MatO dijo...

vos no queres comerte los océanos no más xD

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