jueves, 24 de mayo de 2007

Crónica de una muerte anunciada I

Una calle vacía, adoquinada por el tiempo, recogida por las casas viejas, es colonizada. Son las cuatro de la tarde, no llueve, no hace frío, no hace sol. Un hombre camina delante, viste de negro, con gabardina, gafas de sol y el paraguas abierto. Detrás le siguen los ecos de la adolescencia, que cantan a Camela y sugieren ir a ver tiendas. Él sigue delante, es obvio que mandan ellas. "Eres el de Men in Black" . Sigue a lo suyo, se levanta una brisa, que le mueve el paraguas y la gabardina. Sabe que esto son dos días que el mundo le espera a la vuelta de la esquina. Por eso camina. Por eso caminó todos estos años. Porque guarda la esperanza de que haya algo más. Siempre con esa meta, con esa idea, fuera donde fuera, él esperaba algo más. Ahora, llegaba el momento en que todo se va y todo se viene. Se da cuenta de que ya no va delante, ellas caminan ahora directas hacia una tienda de ropa. Cierra el paraguas y se para en la puerta. "¿En serio tengo que entrar aquí?" Ellas ya están dentro, resignado, entra. Como locas comienzan a tocar todo lo que ven, en busca de la preciada prenda que las convierta en diosas de su pequeño universo. Mientras las mira se da cuenta de que ya son diosas. Llevan unos años en el Olimpo y aún estarán otros tantos. Sonríe al verlas hacer y deshacer con cada prenda. "Seguro que con esto triunfas en la graduación". Al final se alegra de haber ido con ellas, esta será su forma de despedirse de ellas, no piensa ir a la cena. ¿Porque? Pura rebeldía, disfruta dejando que la gente piense que es un amargado, serio y sin corazón. No lo es, pero eso no importa, porque lo importante es lo que los demás piensan, no lo que uno es. Por eso mismo no irá, porque llevan todo el año creyendo y diciendo cosas, no es hora de desmentírselas. Además no piensa pasar por la juerga de alcohol que se piensan dar después, de nuevo le sale la vena rebelde, no bebe y no beberá, ni tampoco verá a nadie beber. "Qué poco tolerante eres" "¿Acaso lo son ellos conmigo?" Sabe que se pasa y mucho, sabe que debería ir, sabe, sabe, sabe. Pero esta harto de oír todo lo que hace mal, lo que ya sabe. Este año todo le daba igual, habrá sido la peor persona del mundo, pero él está tranquilo. Echa de menos los apoyos que un día tuvo, pero ha aprendido a no tenerlos, y está orgulloso de ello. Mientras ellas pagan un par de zapatos, se da cuenta de que lo hecho, hecho está y que ahora, sólo cuenta lo que hará.

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