miércoles, 28 de mayo de 2008

Reflexiones de las cuatro de la mañana

A veces parece que nací ayer. Alguno con unos pocos años más que yo pensará "Y así es...". No, no lo es.
Parece que no aprendo, parece que a pesar de los intentos, de los lanzamientos y de los atrevimientos, vuelvo a lo mismo. Hace más de cinco años que doy vueltas a la misma rueda, no sé si han sido dos, tres, cuatro o cinco mis caídas y no sé cuantas necesito para dejar de equivocarme. Dicen que el ser humano es el único que siempre tropieza con la misma piedra. Esta debía ser la mía.

Sólo aquello inexistente sabe si eso era o no amor, y aunque quería engañarme diciéndome que no, los hechos dicen lo contrario. Una vez más caí, y al parecer, como la última (un paréntesis entre esta y otra) parecía ser la única que mantenía la esperanza y la ilusión. Como si hubiera nacido ayer. ¡Cuanto me gusta amar y que poco me dejan hacerlo! Que nick tan irónico tengo, Buenamor... parece un chiste. Reír por no llorar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sólo aquello inexistente sabe si eso era o no amor, y aunque quería engañarme diciéndome que no, los hechos dicen lo contrario.

Buenafrase...

No importa cuantas veces has caido sino cuantas veces te has levantado.

DL

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