viernes, 6 de julio de 2007

Helenismo – La Teoría de la Relatividad

Pongamos serios porque voy a plantearos la teoría filosófica en la que se basa mi forma de pensar y mi existencia. Probablemente a alguien se le ocurrió antes que a mí (he oído de unos que llamaban sofistas) y probablemente durante mi larga explicación me llaméis loca, desgraciada e intolerante unas cuantas veces. Sólo pido que intentéis comprenderme y que leáis hasta el final.
Comienzo con un ejemplo sencillo. Imaginaros una modelo, la que queráis. Podéis decirme que es guapa o que es fea. Uno dirá una cosa, otro otra. ¿Cómo se yo lo que es? ¿Cómo sé si es guapa o es fea si cada uno me dice una cosa? ¿Qué es la chica objetivamente? Nada. La chica no es nada. Su belleza va a depender de quién la mire, por lo que desde un punto de vista general no es nada. Nadie puede asegurar que sea guapa o fea sin ser subjetivo. Como muchos han dicho, la belleza es relativa. Pero la cosa no queda ahí. Si la modelo en cuestión se ajusta a los cánones de belleza habituales es probable que me aseguréis que está delgada. Ahora que si me acerco a preguntarle a una compañera suya más delgada o incluso a la propia modelo ellas me responderán que está gorda. Vosotros ignoraréis ese punto de vista, porque diréis que las chicas están obsesionadas y tienen problemas psicológicos, pero es su punto de vista y si queremos sacar un juicio objetivo de lo que la chica es tendremos que oír todos los puntos de vista. Por lo tanto volvemos a que la chica no es nada. Pero continuemos con nuestra modelo y dejemos que actúe, que en pleno desfile le ponga la zancadilla a su compañera. ¿La modelo ha obrado mal? Vosotros me diréis que sí y la que ha sufrido la caída también, pero los manager del resto de modelos la tendrán por diosa, ya que ahora tienen menos competencia. Ajá. ¿A quién creo? A nadie. Desde un punto de vista general, nuestra modelo no lo ha hecho ni bien ni mal. Yo podré informarme de los hechos y sacar unas conclusiones para decidir si lo hizo bien o mal. Pero no va ser más que un simple juicio de valor, nunca será objetivo decir que obró mal. Incluso aunque la ley la castigue. Porque la ley no se rige por una visión general de las cosas. Se rige por la visión de el que salió perjudicado. Y con esto no estoy dando mi opinión sobre las leyes y diciendo que son injustas. Apoyo las leyes, porque existen para defender al débil, pero eso no significa que sean objetivas. Realmente nada es objetivo, porque todo es relativo. Que una planta sea venenosa es relativo. ¿Por qué? Porque para los humanos es venenosa pero para algunos animales no. Objetivamente, no existe ni el mal ni el bien, porque cada cosa que sucede tiene perjuicios y beneficios. Para millones de personas (entre las que me incluyo) la pena de muerte es horrible, pero hay otros miles que la ven buena. ¿Podemos definir entonces, de forma general, la pena de muerte como mala? No, porque no todos pensamos lo mismo. Y como no hay nada en lo que todo el mundo esté de acuerdo, no existe verdad alguna, todo es relativo. Si llevo la teoría más lejos entonces os diré algo más. ¿Quién asegura que lo que nuestros sentidos nos dicen es cierto? Hay personas cuyos sentidos no les muestran lo mismo que a nosotros, como los daltónicos. ¿Quién dice que nuestros sentidos son perfectos? Hay animales cuyos sentidos están más desarrollados que los nuestros, como el olfato, por lo que huelen más que nosotros. Quién sabe que nos estamos perdiendo. Quizá las hojas no son verdes, y las amapolas no son rojas. Quizá nuestras vidas sean un eterno sueño. No podemos definir nada como un hecho, nada como bueno, como malo o como cierto. Todo es relativo, y ahí sitúo la primera línea de mundo, la franja entre lo real, y lo que creemos real.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me diverti leyendo esto. Por que lo creo y relativamente es verdad. Siempre me he preguntado si mis ojos no me estan mintiento y el color azul no es azul. A fin de cuentas los colores no han de existir (relativamente), es solo el reflejo de la luz, cada quien descubre una manera de percervirlo, otros prefieren percevir el calor, como las serpientes y otros más prefieren imaginar su entorno, como los murcielagos.
Asi que yo pienso que la pena de muerte no es buena: No hace sufrir al culpable, tanto como se lo merezca.

Creative Commons License
Sólo puedes extraer información si citas el sitio (con enlace) como fuente de origen del material.